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martes, 5 de junio de 2012

¡SORPRESA! El cielo no es para nosotros.

¡Quién fue el que dijo que el cielo era para nosotros! ¿Rozar el cielo con la punta de los dedos? Antes sobrevivo a una caída desde un séptimo piso. No te engañes, no hay nadie que se merezca ni una nube de ahí arriba. Todos tenemos esa parte oscura por dentro que se traicionaría hasta a sí misma. Y no digo que no sea bonito fingir que puedes volar, fingir que puedes llegar así de alto. Lo malo es que no lo haces, y eso hace que te merezcas aún menos respirar el aire de los ángeles. Y me refiero a fingir que puedes volar...¡si no puedes volar, al menos fíngelo! ¡Finge que puedes estar ahí arriba y que cualquier ser volador te tendría que tener envidia! Que sin esperanza, el mundo estaría perdido. Dime tú qué harías sin la esperanza de llegar a ser alguien en la vida. Sin la esperanza de tener una vida medio deseada. Es eso mismo. La esperanza, las ganas de volar. Sinónimos. Como vivir y amar. Y no es que haga juegos del lenguaje, es que el lenguaje juega conmigo y yo me divierto con él. Lo utilizo para comprender una pequeña parte de lo incomprensible. Y ya no es que hable de amor en el sentido que te esperas. Hablo de amar en todas sus formas y conjugaciones. Puedes amar a una persona y no besarle ni hacer el amor con ella. Puedes amar una cosa por encima de una persona. Hablo de amor,  de sentimientos, que es lo que nos mueve en este mundo que nadie entiende. Y no me habléis de sociólogos o filósofos que intentan entender las partes más abstractas del ser humano. Ellos no saben más que generalizar conceptos, y nunca entenderán el tipo de amor concreto de una persona a otra.
¡Sorpresa! La vida no es como te esperabas. Pero eso no es nada nuevo, ya la gente te lo avisa. No estás en una película, ni en una novela, ni siquiera eres la musa de un poema. La vida es dura, ya lo acabarás entendiendo. Y conforme vayas creciendo los problemas aumentarán de complejidad y cada vez será más difícil resolverlos. Llegará, incluso, el día que tomes la decisión equivocada para resolver el problema que te plantea esta puta vida y ya te habrás desviado tanto del camino. que no sabrás volver adonde empezaste. ¡Sorpresa! Que hay pocos finales felices. Y no hay tantas perdices para que toda la gente pueda comerlas. Y ahora estarás pensando lo contrario, pero algún día te acordarás de mis palabras dieciochoañeras que tienen de vida lo que cualquiera. Que tal vez no haya madurado lo suficiente como para dar consejos sabios, pero no soy una fruta, y te hablo desde la propia experiencia. Que si tienes algún problema, intenta resolverlo de la mejor manera. ¡Rómpete la cabeza! Que la ecuación no es tan difícil como para resolverla. Y cuando termines con el problema, ponte en guardia que vendrá la siguiente ecuación con dos incógnitas. ¡Sorpresa! Que el cielo no es para nosotros, que el cielo es para los que saben volar, y a nosotros nos cortaron las alas. Mírate detrás y verás esos huesos que sobresalen que no son más que restos de unas pequeñas alas que en su día tuvimos. ¡Sorpresa! Que no puedes volar, que algún hijo de puta nos condenó a estar en la Tierra y a pisar barro. Que el cielo no es para mí, ni para ti, ni para el otro. Pero acuérdate, que las ganas de volar no te las quite nadie, que es lo único que nos queda, la esperanza de poder sobrevolar los problemas. La esperanza de llegar bien alto como para ver tan pequeños a los de ahí abajo que ya sean insignificantes. ¡Sorpresa! ¿He dicho sorpresa? Quería decir vida, que no es ni más ni menos que sinónimo de sorpresa. Prepárate, que la vida es esa continua aparición de sorpresas. Que vivir es sorprender, que vivir es amar. Que vivir es sobrevivir a este mundo de problemas. 

2 comentarios:

  1. Esta entrada es casi perfecta. Y ese casi se debe a la estupenda manera en la que te expresas. Sabes decir las cosas que quieres y eso hace aún más bellas esas cosas... te tengo envidia de la buena. Adoración de como tienes ese concepto de la vida en el que estamos todos introducidos. Te doy las gracias sólo por escribir esto y hacer que la gente se de cuenta de la verdad. Casi sublime, jotadejuanpe.

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  2. Dios, millones de gracias. No sabes lo feliz que me hacen esas palabras. Un beso.

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