Hay veces que la vida te hace volverte loco, ¿no? A lo mejor es la única opción. Ser un loco de la vida.
Hay veces que la vida te pone cabeza abajo, te da de hostias y te pone trescientas mil piedras en el camino.
Hay veces que no sabes ni cómo caminar sin volver a tropezarte. Tan solo te queda caer una y otra vez. Y otra vez. Y no sabes ya qué pie poner ni dónde pisar.
Hay veces que la vida te da una oportunidad, y es ese momento en el que tienes que ver el lado bueno de las cosas. Ese momento en el que, de repente, aparece una sonrisa que hace que tus ojos brillen de otra manera. Hay veces que se te olvida el pasado, el cómo has llegado hasta donde estás. Pero eso ya no importa...
<<El destino tiene permiso para romperte el corazón varias veces. Eso es innegociable.>>
Hay veces que el destino te pone a alguien, que también tropieza. Pero, ¿sabes? los tropiezos a medias saben mucho mejor que a solas. Hay veces que la locura es cordura, y en la vida mucho más. Hay veces que ser un niño te convierte en adulto. Hay veces, que el amor duele. Y hay otras tantas veces que por amar, duele hasta rabiar. Y hay otras veces que lo que antes era difícil se vuelve simple, y que la respuesta estaba meses enfrente de tus ojos. Hay veces que una sonrisa puede cambiar el mundo. Entonces, ¿por qué no sonreír?
En ese momento, ves que ella tiene la posibilidad de cambiar tu mundo.
Hay veces, que el amor llama a tu puerta. Y, es entonces, cuando empieza la locura. Empiezas a quererle como un loco.
Silver Linings Playbook (El lado bueno de las cosas).