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domingo, 3 de febrero de 2013

Caleidoscopio de recuerdos.

Veo cómo viene hacia mí. Y es uno de esos momentos en que te vienen recuerdos a modo de flash: el cómo nos conocimos, su sonrisa, mi sonrisa, otra vez su sonrisa, sus putos ojos verdes, mis enredos en su pelo... Y llega a mi lado. Se sienta, con su típica postura y con sus gafas de sol. No sé, siempre que le miro sonrío, es puro instinto. Inclina la silla hacia atrás con el pie y también sonríe.
Nuestro silencio es mil veces mejor que cualquier palabra de otra persona. Cuando nos miramos, lo demás no importa. Es como estar leyendo poesía escrita con su piel. Y cuando hablamos, ¿eso? ¡Eso parece una puta canción de The Beatles! De esas que sobrepasan los límites de la música.
Así que cuando se levanta las gafas y me dice, mientras entrecierra un poco los ojos por el sol y sonríe:

Te quiero.

Yo, solo sé contestar:

Y yo.

Y, en realidad, me jode más decir <<y yo>> que quedarme callado. Porque <<y yo>> se me queda muy corto. ¡Joder! Es que es tan difícil de explicar con palabras...
Así que cojo sus gafas me las pongo y la imito en el gesto de levantárselas y decir:

Te quiero.

Entonces, me contesta:

Yo más. Mucho más.

E, inconscientemente, sé que tenía la respuesta y que ella la ha encontrado. La beso y luego dejo que pase el tiempo. Que le jodan a las manecillas del reloj, hay cosas mucho más poderosas.
Y, aunque sea nuestro principal enemigo, nosotros podemos contra mucho más que el tiempo.



3 comentarios:

  1. Sin palabras. Eres increíble.

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  2. Hola! La música que tienes de fondo es increible.. Te importaría decirme como se llaman? Me tienen enamorada, al igual que tus entradas, de las cuales no hay una que no me emocione. Cada una de ellas es diferente y única. Gracias, muchas gracias. Sigue así!

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  3. Deberías ser inmortal,
    porque tu poesía ya lo és.

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