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lunes, 3 de septiembre de 2012

Te dejo, te jodes y me echas de menos.

<<A ver quién fue el gilipollas que dijo que amar era lo más bonito y no lo más jodido.>> Eso es lo que se preguntaba cada vez que se plantaba frente a la pantalla y sonaba esa canción que le removía todo lo de dentro.
<<Piensa, estúpida, piensa.>> Se decía todo el rato, para autoconvencerse de que aquel idiota que le había prometido amor eterno era el más farsante de todos los tipos con los que se había encontrado. 
Pero es que aquel idiota la tenía destrozada. Por dentro. Por fuera siempre iba con una sonrisa que le costaba la vida sacar.
Aquel idiota que sabía cómo besarle, cómo abrazarle, cómo decirle un 'te quiero, fea' en el momento exacto. Sabía cómo prometerle el cielo, e incluso sabía cómo bajárselo. Aquel idiota que sabía justo dónde disparar para conseguir que se rompiera en mil pedazos. En mil no, en diez mil. Aquel idiota, bueno, tan idiota no era si sabía qué cigarrillo acompañar al tequila del malo y qué forma de besarle era la adecuada para dejar huella dentro de su alma. Aquel idiota que sabía que tenía su nombre tatuado a hostias, y que eso era imborrable. Aquel idiota que dijo eso de que para olvidar el fuego iba de puta madre.
Y ahora está allí ella, que ya ni siquiera es ella, quemando sus fotos, sus cartas e intentando quemar los recuerdos, las huellas sobre su cuerpo. Pero el fuego para eso no funciona, solo el tiempo. Así que le toca joderse y echarle de menos a él y a todas sus idioteces que tanto le gustaban.

2 comentarios:

  1. Hola! Te sigo en twitter y he visto que tenías un blog.. Y bueno le he estado leyendo... Y me siento bastante identificada con tus entradas... Me has hecho llorar... :S
    Sigue escribiendo así que yo te seguiré leyendo. Un beso! :)

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  2. Jo, millones de gracias. Un beso enorme.

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